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La mantilla española

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La mantilla española, es una prenda tradicional histórica española, que ha pasado a formar parte de la moda actual mundial. Velos, echarpes.

Básicamente la mantilla es un trozo de tul que suele tener unas medidas de 220 x 140 cm, es un rectángulo. Este tul se borda con un hilo muy fino, que es el que va rellenando el dibujo que se perfila en el tul.

 

PROCESO ELABORACIÓN ARTESANAL DE UNA MANTILLA ESPAÑOLA


Como se hace una mantilla española a mano.

1.       Corte del tul

2.       Colocación de la plantilla con el dibujo que llevará la mantilla,  sobre el telar y el tul.

3.       Perfilado de la mantilla, contornear sobre el tul, el dibujo de la plantilla.

4.       Bordado del dibujo, como rellenar pasada a pasada, el dibujo de la mantilla.

Normalmente los dibujos o decoraciones de las mantillas suelen tener motivos florales, con murales florales de una belleza sin igual.

Según el dibujo o perfilado, sea más menudo menos, es decir las hojas y pétalos de las flores, así como los ojetes y dibujos geométricos, sean más grandes o menos, la mantilla se denominará de Blonda de Chantilly. Teniendo diferentes valores económicos, puesto que el dibujo menudo requiere de mucha más destreza, paciencia y tiempo, encareciendo por lo tanto el producto.

Las horas de trabajo que se tarda en elaborar una pieza de artesanía de este nivel, son muchas, aproximadamente sobre las 500 horas de trabajo. Es un trabajo muy laborioso y rutinario, al mismo tiempo que habilidoso y cuidadoso, es realmente un trabajo de artesanía, casi de arte, porque realmente no hay dos iguales. A parte de que es un trabajo duro, en la que hay un deterioro físico de la persona que la realiza. (las señoras que llevan toda su vida bordando mantillas suelen tener problemas en los ojos, perdiendo vista y padeciendo vista cansada.

Por estas causas es cada vez más complicado encontrar auténticas mantillas españolas elaboradas a mano, porque cada vez hay menos personas que se quieran dedicar a este injusto oficio, y desagradecido.

Realmente la recompensa de estas personas, está en el resultado final, en el satisfacción personal, puesto que no están pagadas las tantísimas horas de trabajo que hace falta para acabar un productos de esta categoría.

 

 

El material utilizado para la elaboración de las mantillas, es el encaje; de los numerosos tipos, los más genuinos para las mantillas son los de  los de Bolillo, y las de Tul  en su variedad de Blonda y  Chantilly.

Las mantillas elaboradas en Bolillo, también eran conocidas como mantilla de Almagro, llamadas así  porque se hacían en este pueblo de Ciudad Real. No obstante también existían otros pueblos de Galicia y Cataluña donde se elaboraba este tipo de encaje. Estas mantillas de Bolillo  han ido perdiéndose con el paso del tiempo, haciéndose muy difícil encontrarlas en la actualidad, eran realizadas totalmente a mano, tanto el tul o enrejado como el propio dibujo bordado de la mantilla.

En cuanto a las mantillas elaboradas en Tul, hay que aclarar que el tul o malla es la base en donde se bordan los motivos decorativos, siendo estos motivos y formas los que dan el nombre de Blonda Chantilly.

Existen las mantillas conocidas como de "Pelo", llamadas así por que el hilo utilizada para el bordado, "era tan fino como un pelo", lógicamente eran muy difícil de trabajar, y  han ido perdiéndose, aunque aun quedan sitios en donde se siguen elaborando, estas suelen ser mas caras, pues tienen muchísimas horas de trabajo.

La mantilla de Blonda  se caracteriza por los motivos grandes de tipo floral, especialmente por los bordes con amplias ondas, pudiendo ser estas dobles, llamadas entonces de doble blonda. Suelen elaborase a mano, siendo estas las mas cotizadas, aunque existen buenas imitaciones a maquina, bastante más económicas. Las mas conocidas son las elaboradas en Granada, aunque existen otras ciudades, sobretodo en Andalucía donde también se realizan.

Las mantilla de Chantilly, se llaman así porque, su diseño fue copiado del encaje de  Chantilly, el origen de este encaje fue en una pequeña ciudad francesa, llamada Chantilly. Sus diseños son pequeños de carácter vegetal, y presentan abundancia de hojas, flores, escudetes y guirnaldas. El Chantilly es un encaje más etéreo que la Blonda, y se considera más elegante para la mantilla negra. Este tipo de mantilla de Chatilly  también se elabora a mano, y suelen tener un precio algo mas elevado que las de Blonda, pues el tipo de diseño es más difícil de trabajar, traduciéndose esto en mas horas de trabajo y por lo tanto en mas precio.

 

USO DE LA MANTILLA

En el siglo XX en Andalucía, la mantilla usada como prenda cotidiana para pasear por las tardes se fue desarraigando de las costumbres femeninas. Únicamente en el primer tercio del siglo las mujeres utilizaban para ir a misa pequeñas mantillas, conocidas por toquitas y de media luna. De esta manera, el uso de la mantilla fue quedando relegado a ciertas conmemoraciones y actos, y muy especialmente para la Semana Santa. En Semana Santa era tradicional que las damas se vistieran de negro luciendo sus mejores galas: en la cabeza peineta de carey sobre la cual se ponían la mantilla negra de encaje, que se lucían acompañando a las procesiones y visitando las iglesias de la ciudad, especialmente el Jueves y Viernes Santo.

Hasta mediados de siglo esta tradición se mantuvo fielmente de madres a hijas. Hubo unas décadas en las que esta costumbre pareció decaer, pero actualmente la tradición de vestirse de mantilla en Semana Santa vuelve a tomar auge.

 

La  Feria de muchos pueblos de Andalucía, era también la oportunidad de muchas mujeres para ponerse la mantilla, aunque en este caso se lucía de encaje blanco. Esta costumbre perduró con fuerza hasta el primer tercio de nuestro siglo. Luego, poco a poco, la mujer se fue despojando de esta prenda tan frágil para tales ambientes festivos, ya que la delicadeza del encaje imponía un cuidado especial que la incomodaba para bailar y divertirse; aunque sin duda, el mantón de mantila era el complemento ideal para este evento.

También la fiesta nacional de los toros ha estado siempre muy ligada a esta prenda, ya que las mujeres acudían engalanadas con sus mantillas blancas a las plazas de toros. Aunque no es tan frecuente como años atrás, actualmente siguen viéndose los coches de caballos llevando a la plaza grupos de mujeres con sus mantillas blancas de encaje, que lucen con gracia en los palcos. Asi mismo es muy típico que las madrinas en las bodas  luzcan la  mantilla española.

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